Novelas Cortas by Pedro Antonio de Alarcón
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--Eso lo dices porque eres hombre. ¡A mí me da miedo y
lástima todo lo que es deshacer![78-4] --¡Debilidades de vieja! ¡Si supieras tú cuántas cosas hay que deshacer[78-5] en este mundo! 15 --¡Calla, francmasón![78-6] ¡En mal hora te han elegido alcalde! ¡Verás cómo, el día que vuelvan a mandar los realistas, te ahorca el Rey absoluto! --¡Eso... lo veremos! ¡Santurrona! ¡Beata! ¡Lechuza! ¡Vaya!: apaga esa luz, y no te santigües más..., 20 que tengo[78-7] mucho sueño. Y así continuaban los diálogos hasta que se dormía uno de los dos consortes. II Una tarde regresó de su faena el tío Hormiga, muy preocupado y caviloso, y más temprano que de costumbre. 25 Su mujer aguardó a que despachase a los mozos de labor para preguntarle qué tenía, y él respondió enseñándole un tubo de plomo con tapadera por el estilo del cañuto[78-8] de un licenciado del ejército; sacó de allí, y desarrolló cuidadosamente, un |
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