Novelas Cortas by Pedro Antonio de Alarcón
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Vierais[42-2] entonces un cuadro tan sublime como espantoso.--Varias
mujeres, sentadas en el suelo, sostenían en sus faldas y en sus brazos al expirante patriota, siendo las primeras en colmarlo de caricias y bendiciones, como antes fueron las primeras en 15 pedir su muerte.--Los hombres habían cogido todas las luces de la mesa, y alumbraban arrodillados aquel grupo de patriotismo y caridad....--Quedaban, finalmente, en la sombra veinte muertos o moribundos, de los cuales algunos iban desplomándose contra el suelo con pavorosa pesantez. 20 Y a cada suspiro de muerte que se oía, a cada francés que venía a tierra, una sonrisa gloriosa iluminaba la faz de _García de Paredes_, el cual de allí a poco devolvió su espíritu al cielo, bendecido por un Ministro del Señor y llorado de sus hermanos en la Patria. Madrid, 1856. ¡VIVA EL PAPA! (p43) I El tierno episodio que voy a referir es rigurosamente histórico, como los anteriores y como los siguientes; pero no ya sólo por la materia, sino también por la forma.--Vivo está quien lo |
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