Novelas Cortas by Pedro Antonio de Alarcón
page 54 of 427 (12%)
page 54 of 427 (12%)
![]() | ![]() |
|
--Pues bien, padre, ¡el Rey y el Papa os obligarán á decirlo! 30 (respondió Rubens exasperado.)--Yo me encargo de que así suceda. --¡Oh! ¡No lo haréis! (exclamó el fraile.)--¡Haríais muy mal, señor Rubens!--Llevaos[30-5] el cuadro si queréis; pero dejad tranquilo al que descansa.--¡Os hablo en nombre de Dios!-- (p31) ¡Sí! Yo he conocido, yo he amado, yo he consolado, yo he redimido, yo he salvado de entre las olas de las pasiones y las desdichas, náufrago y agonizante, a ese grande hombre, como vos decis, a ese infortunado y ciego mortal, como yo le llamo; 05 olvidado[31-1] ayer de Dios y de sí mismo, hoy cercano a la suprema felicidad!...--¡La gloria!...--¿Conocéis alguna mayor que aquélla a que él aspira? ¿Con qué derecho queréis resucitar en su alma los fuegos fatuos de las vanidades de la tierra, cuando arde en su corazón la pira inextinguible de la caridad? 10 --¿Creéis que ese hombre, antes de dejar el mundo, antes de renunciar a las riquezas, a la fama, al poder, a la juventud, al amor, a todo lo que desvanece a las criaturas, no habrá sostenido ruda batalla con su corazón? ¿No adivináis los desengaños y amarguras que lo llevarían[31-2] al conocimiento de la mentira de 15 las cosas humanas?--Y ¿queréis volverlo a la pelea cuando ya ha triunfado? --Pero ¡eso es renunciar a la inmortalidad!--gritó Rubens. --¡Eso es aspirar a ella! --Y ¿con qué derecho os interponéis vos entre ese hombre |
|