Novelas Cortas by Pedro Antonio de Alarcón
page 94 of 427 (22%)
page 94 of 427 (22%)
![]() | ![]() |
|
--Pues verá V., señorito....--Vaya,[57-5] ¡muchas gracias!
--¡Delgadillo[57-6] es!... --Reúna V. dos, y resultará uno bastante grueso--añadí, 25 dándole otro cigarro. --¡Dios se lo pague a V.!--Pues, señor... (dijo el viejo, sentándose a mi lado): hace cuarenta y cinco años que una mañana muy parecida a ésta, pasaba yo casi a esta hora por este mismo sitio.... 30 --¡Cuarenta y cinco años!--medité yo. Y la melancolía del tiempo cayó sobre mi alma.--¿Dónde estaban las flores de aquellas cuarenta y cinco primaveras?--¡Sobre la frente del anciano blanqueaba la nieve de setenta inviernos! (p58) Viendo él que yo no decía nada, echó unas yescas,[58-1] encendió el cigarro y continuó de este modo: --¡Flojillo es![58-2]--Pues, señor, el día que le digo a usted, venía yo de Gérgal[58-3] con una carga de barrilla, y al llegar al 05 punto en que hemos dejado el camino para tomar esta vereda, me encontré con dos soldados españoles que llevaban prisionero a un polaco.[58-4]--En aquel entonces era cuando estaban aquí los primeros franceses, no los del año 23,[58-5] sino los otros.... --¡Ya comprendo! Usted habla de la guerra de la 10 Independencia. |
|